Última actualización el 2013/08/04
Una de las opciones que nos ofrecen plataformas de redes sociales como Facebook o Twitter es realizar la mención de algún usuario escribiendo previamente al nombre o “nick” del sujeto el signo “@” (arroba), que inicialmente fue ideado por Twitter.
Hace ya meses Facebook eliminó la necesidad de colocar la @ previa, facilitando una forma más simple de mencionar a otros usuarios de esta red. A saber, mientras escribimos un término o palabra se van desplegando los nombres de los contactos que tengamos agregados cuyos nombres coincidan con esa palabra escrita, posibilitando mencionarlos de manera rápida en un comentario o noticia. Esta práctica se ha ido ampliando en la medida que la adaptación y usabilidad de las redes sociales han invadido notablemente el manejo habitual de los teléfonos móviles (smartphones).
Esta opción conocida y utilizada por la práctica totalidad de usuarios de las TIC, está cobrando un protagonismo especial en los últimos meses en la página en Facebook del Informajoven de Murcia, donde las menciones de otros contactos constituyen una fórmula de compartir información de interés entre los jóvenes. Dándose un aumento espectacular en comparación, por ejemplo, con lo que sucedía a finales del año pasado.
Esta conducta en aumento de nuestros usuarios no la he observado (por ahora), en igual medida de crecimiento, en otras páginas de Facebook que tengan relación con servicios de información, o bien con bibliotecas (cualquier observación y aportación al respecto os la agradezco de antemano).
Lo que me provoca su reflexión es cómo tratar este tipo de conducta a la hora de medir lo que se denomina “engagement”. Engagement, en comunicación, es referido a la interacción y fidelidad de un usuario. Es la capacidad por parte de un producto o una organización (una marca, un blog, una aplicación) de crear relaciones sólidas y duraderas con sus usuarios, de conseguir un compromiso o vínculo del cliente con nuestra entidad.
Generalmente se piensa, al analizar los efectos de un producto o servicio en el ámbito del “Social Media”, que cuando hay más comentarios en torno a una noticia, junto a un crecimiento paulatino de seguidores que teclean en el botón de “Me gusta”, ello implica un aumento relevante del nivel de engagement. Y más aún cuando se añade una cantidad sustancial de noticias o enlaces compartidos en los muros de los usuarios.
En un interesante artículo nos dice @alejandrahdezh «Que no haya comentarios no significa que no haya engagement». Y añade: «Tal y como vivimos, nos hemos pasado al ‘me gusta’ o a compartir donde antes comentábamos, por regla general no comentamos en ninguna página de marca por fans que seamos. Cada vez cuesta más comentarle las actualizaciones hasta a nuestros amigos de alma y/o familia: una marca ya… es algo que rara vez hacemos. Pero, ¿acaso esto hace que no seamos súper fans de cierta marca de lo que sea?»
En este contexto de análisis, más propio de los “social media” comerciales o de consumo, lo que sugiere esta conducta de “mención para compartir” es que, además de un simple “comentario” a registrar en nuestras medidas de análisis de impacto, confiere también una intencionalidad de los sujetos al identificar el contenido de una noticia concreta como algo de utilidad posible para algún otro de sus contactos. La velocidad y sencillez que nos facilita la escritura de un nombre en el espacio de comentarios a través de un teléfono móvil, y la seguridad de que su “notificación” correspondiente aparecerá en el dispositivo de la persona mencionada, nos garantiza la eficacia comunicativa. Otra cosa será el tratamiento y la valoración que el/la destinatario/a efectúe con la información suministrada. Pero el valor que conlleva esta conducta es más amplio que el que podamos asignar a un comentario que, por otra parte, puede tener unas connotaciones positivas o negativas con la noticia o producto al que se refiera.
¿Por qué compartimos información en redes sociales? Esta pregunta se la hacía @davidcuen al analizar las cifras de BBC Mundo, manifestando que nueve de cada diez veces los artículos que fueron más «populares» en las redes sociales (medidos por clics) no fueron los más compartidos y viceversa. Las redes sociales han facilitado el compartir información con nuestros amigos o redes de influencia, pero curiosamente esta teoría indica que una cosa es lo que leemos y otra la que compartimos.
¿Por qué hacemos clic en un vínculo en Facebook o Twitter? “La respuesta más sencilla es porque nos interesa. Pero es un poco más complejo que eso. Hacemos clic porque queremos saber algo que desconocemos. También porque creemos que será útil o que nos beneficiará de alguna manera. En resumen hacemos clic porque responde a una necesidad individual. Nos va a dar algo a nosotros.”
En el interesante estudio “The Psychology of Sharing: Why do People Share Onine” realizado por The New York Times se expresan los siguientes motivos, entre otros, por los que la gente comparte cosas:
- El 94% de los encuestados dijeron que seleccionan cuidadosamente la información que se va a compartir y piensa si ésta va a ser vista y realmente útil.
- 78% comparten contenido en línea para mantener una relación con personas con las que no tendrían contacto de otra forma.
- 69% de las personas dijeron que al compartir información en línea se sienten más involucrados con el mundo.
- 84% lo hace para defender una causa.
- 68% de los usuarios porque quieren mostrar a otras personas lo que les gusta.
En este mismo estudio se describen 6 tipos de perfiles en lo que se refiere a compartir contenido:
Altruistas: Los altruistas comparten contenido partiendo del deseo de ayudar y aspiran a ser vistos como una fuente confiable de información.
Profesionales (Careerists): Se trata de gente en cuya carrera buscan ganar reputación de aportar valor a sus redes de contactos. Prefieren contenido que sea más serio, de calidad y profesional.
Hipsters: Los hipsters, un término algo complejo, que posee diversas interpretaciones, por ejemplo: “inconformistas” o “rebeldes creativos” (véase definición en Wikipedia: es.wikipedia.org/wiki/Hipster_%28subcultura_contempor%C3%A1nea%29) son usuarios más jóvenes que siempre han vivido en “la era de la información”. Comparten contenido para construir su identidad online.
Boomerangs: Pretenden compartir información para obtener una respuesta; básicamente buscan la valoración social a través de Facebook y Twitter. Quieren ser vistos como personas provocativas, inteligentes e informadas.
Conectores: Asumen el compartir contenido como un medio para permanecer en contacto con otros y para hacer planes. Son más reflexivos en sus patrones para compartir.
Selectivos: Son más reflexivos en lo que comparten y con quien lo hacen. Lo personalizan y esperan respuestas a su contenido. Herramientas preferidas: email.
El asunto que se nos presenta para debatir es: ¿Cómo considerar a quienes efectúan esas “menciones” a otras personas con el fin de compartir con ellas noticias y contenidos informativos que puedan serle de utilidad y que tienen un carácter de propósito específico (no específicamente ocioso)?
Hay, sin duda, un estilo altruista en estas conductas, pero probablemente se den en mayor medida entre los denominados “hipsters” quienes utilizan, sobre todo, medios móviles como smartphones y tablets. Pero no descartaríamos que los factores asociados al perfil de los “selectivos” y de los “conectores” también estén presentes de manera relevante en esta clase de conducta. Un hecho tan simple como esta “mención para compartir”, que por lo “básico” de su naturaleza emerge como un mecanismo obvio, puede constituir una conducta informacional algo más compleja e intencional. Y ello supondría una valoración especial en las medidas de nuestro impacto en Facebook.
¿Qué opináis sobre esta nueva clase de forma de compartir en las redes sociales?
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