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Los Baby Boomers no tienen red social

En la búsqueda de nichos de negocio muchas iniciativas empresariales luchan por lograr el objetivo de atraer a ciertos sectores de población en torno a aficiones, gustos y maneras singulares de compartir experiencias vitales, de forma que se conviertan potencialmente en inversiones exitosas frente a las grandes corporaciones que actualmente dominan este escenario, como son Facebook, Google y Twitter. «Para existir, hay que especializarse», afirma Vincent de Montalivet responsable de la red de trueque My Recycle Stuff.

En el mercado de sistemas de redes sociales en Internet, una estrategia inicialmente plausible sería focalizar un conjunto de funcionalidades y servicios que respondan a necesidades de sujetos pertenecientes a toda una generación cultural o a un periodo etario concreto. Más aún, ¿si esa estrategia funciona bien con sistemas como Tuenti o Hi5 entre los adolescentes y jóvenes, por qué no debería funcionar con adultos de diversas generaciones?

Este planteamiento se hizo el fundador de Monster.com, Jeff Taylor, en 2006 al crear Eons.com con el respaldo financiero de varias entidades de capital de riesgo. Como reza su publicidad inicial, Eons es un sitio de redes sociales “para los “baby boomers” y otros usuarios de Internet mayores de 40 años en busca de su propia red social en línea, lejos de las redes más comunes utilizadas por los más jóvenes”.

EONS.com


Su argumento se basa en que, mientras que las redes sociales actuales se centran sobre todo en el «yo» (una característica de las generaciones jóvenes) la comunidad Eones tiene que ver con el «nosotros», forjando nuevas relaciones y reavivando viejos contactos, fomentando diálogos interesantes, junto a una experiencia global compartida sobre cualquier tema. Esta plataforma proporcionaba a cada miembro una sección de juegos, un amplio espacio personal de administración de sus archivos para compartir fotos y video, miles de grupos de interés, un blog particular, etc.,.. También ofrecía a los miembros información oportuna sobre temas diversos como salud, las relaciones, el estado físico, créditos, la jubilación y seguros.

Los Baby Boomers o, expresado en castellano, generación de la Explosión de Natalidad, es el término utilizado para definir el fenómeno demográfico durante el período comprendido entre 1946 y 1964, caracterizado por un incremento notable de la natalidad y que intenta encuadrar a  los miembros de la generación surgida tras la Segunda Guerra Mundial. No obstante, el amplio periodo que cubre y las diferencias socioeconómicas y culturales existentes entre los países, determinan que ese encuadre global de la sociología para estas cohortes de edad no sea homogéneo. De ahí que sus características oscilen entre poseer un signo experimentador, individualista, espíritu libre, orientado a causas sociales, o bien, ostentar menos optimismo, desconfianza en el gobierno, cinismo general.

La apuesta de Eons era razonable al abordar un sector poblacional con intereses comunes y de ahí el apoyo financiero recibido. Pero años después fracasó estrepitosamente, perdió paulatinamente fuerza por los mismos destinatarios de su proyecto. Desde junio de 2012 este sitio web permanece parado, mostrando una encuesta a potenciales miembros y explicando la falta de financiación: “Estamos en un callejón sin salida.” Con la particularidad de haber tenido que comunicar oficialmente esta parada mediante la página de fans que disponen en la red social de la competencia: Facebook.

La especialización constituye algo ineludible para lograr éxito, pero esta iniciativa dirigida a los baby boomers ha fallado por múltiples razones. No se debe exclusivamente al potencial de Facebook dada su capacidad para mantener la innovación tecnológica integrando textos, fotografías, audio, video, juegos, encuestas y casi cualquier otro contenido mediante una simplicidad y facilidad notable. Uno de los motivos es que, aparte del placer que nos ofrezca la pertenecía a un colectivo con el cual nos identificamos generacionalmente, existen otras necesidades de relación con personas de diferentes edades que configuran nuestra existencia. Padres, abuelos, hijos, antiguos profesores o alumnos, conforman un marco de relaciones que nos enriquecen tanto como localizar a nuestros primeros amores de juventud, cómplices de aventuras adolescentes, y antiguos amigos o compañeros de clase con quienes el enganche actual mediante Internet supone satisfacciones y decepciones de enorme incertidumbre.

Estas relaciones reviven nuestros procesos pretéritos de identidad y, al confrontarlo con los contactos que mantenemos con gente distinta de nuestra cohorte, nos ayuda en la construcción de la personalidad hasta nuestra vejez. Dichas experiencias se amplían con nuevas sensaciones dada la posibilidad de vincularlas con un juego de roles que alteren nuestro perfil en nuestra vida real, pues en el mundo virtual es posible llevar una “segunda vida”. La simulación puedo ponerla en juego con gente de mi generación, pero hay un reto narcisista de ejecutarla frente a sujetos de otras edades y contextos, independientemente de que la valoración moral de estas conductas sea declinable. Estos comportamientos constituyen nuevas formas sociales que nos definen más allá de nuestra pertenencia generacional.

(Nota: Artículo publicado en el diario La Verdad de Murcia -edición papel- el 9 de julio de 2013)

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