Quienes trabajamos en el ámbito de la Información Juvenil nos enfrentamos de forma destacada a dos retos, entre otros muchos de nuestra labor con los jóvenes. Uno de ellos es avanzar en la mejora técnica y profesional de nuestra labor de informar y asesorar a la juventud de acuerdo a las necesidades y vicisitudes de las diversas generaciones de jóvenes, adoptando los recursos y medios tecnológicos propios de cada momento. Otro es lograr visibilizar adecuadamente nuestra misión ante los propios jóvenes, ante los organismos públicos y el conjunto de la sociedad, prestando un servicio de calidad.
Recientemente ERYICA y EURODESK han publicado un interesante documento titulado “YouthInfoComp. Marco de competencias del trabajador de Información Juvenil” (YouthInfoComp – The Youth Information Worker Competence Framework, septiembre 2021), que define de manera operativa quién es un trabajador de la Información Juvenil o qué competencias debe poseer con un enfoque global para el conjunto de países de Europa, partiendo de un conocimiento común de los valores fundamentales que sustentan esta profesión, a pesar de las especificaciones nacionales.
Una aclaración necesaria entre los profesionales y ante la comunidad, es lograr acertar en la traducción al español y el uso del término “Youth Information Worker”, pues en nuestro contexto se suele denominar “Técnico de Información Juvenil”, o bien, un “Informador Juvenil”. Pero no descartemos la fuerza identitaria que tiene este concepto en toda Europa, al igual que el más genérico de “Youth Worker”.