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Gabriel Navarro Entradas

¡No me hagas pensar!

Hace algunos años, cuando analizábamos las posibilidades de adaptar nuestro sitio web[1] a los nuevos requerimientos de usabilidad que demandan los usuarios de Internet, llegó a nuestras manos un libro singular de un experto en esta materia, Steve Krug, con un título llamativo: “No me hagas Pensar” el cual se convirtió en uno de los más leídos por quienes diseñaban páginas web comerciales. Este experto manifiesta, con sentido común, que cuando se mire una página web ésta ha de ser obvia, evidente, clara y fácil de entender. En ello reside el significado de usabilidad, la facilidad con la que podemos utilizar una herramienta o un objeto para un propósito determinado. Y, en este ámbito, se usa como atributo de calidad que mide lo fáciles que son de usar las interfaces en la Web y no hay que confundirlo con el de “accesibilidad”.

Según Krug, un buen principio de la usabilidad es que si algo requiere mucho tiempo (o parece vaya a necesitarlo) es menos probable que se acabe utilizando. Y anima tanto a usuarios como a diseñadores a que, si sólo tiene capacidad en su mente para una única norma de usabilidad, quédese con ella. Parte de la premisa que cuando una web no hace pensar influye en conductas de familiaridad y rápido reconocimiento de su manejo.

No me hagas pensar - Steve Krug

Destaca que no todos usan la web de la misma forma como lo hacen quienes las diseñan con unos contenidos específicos. Lo que vemos al mirar una página web depende de lo que tenemos en nuestra mente, aunque sólo sea una fracción de lo que hay en la página y, la mayor parte de las veces, no seleccionamos la mejor opción; nos quedamos con la primera más razonable, estrategia que se conoce como «satisficing». Para la gran mayoría carece de importancia el llegar a entender el funcionamiento de las cosas en tanto podamos usarlas, observemos lo que sucede cuando le ofrecemos un videojuego a un niño ¿cuántos se han leído el folleto de instrucciones? Y no se debe a la falta de inteligencia, sino al escaso cuidado y atención que prestamos. De ahí la relevancia de apoyarnos en el uso de las convenciones que habitualmente aplicamos con otros recursos informativos. Por ejemplo, no leemos las páginas de los diarios, las hojeamos. Y ese modelo de conducta sería, para Krug, un referente notable para configurar la usabilidad de una página web.

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Por un Big Bang de las Políticas de Juventud

Una sociedad vertebrada se observa, entre otros aspectos, por el carácter y tipo de reacción de los colectivos sociales que la componen cuando se enfrenta, en su conjunto, a graves y complejos problemas de cohesión y ante amenazas del bienestar común. En esta época de profunda crisis a causa de la deuda generada por los “mercados”, y en la que nos abruma un desempleo masivo entre la población juvenil, muchos actores sociales lanzan proclamas en la dirección de atajar esta deuda social con los jóvenes. Sin embargo, una síntesis bruta de muchas de las recetas económicas propuestas reside, esencialmente, en una disminución de los costos laborales y en esfuerzos especiales de mejorar su cualificación. Ciertamente, las medidas a aplicar en este ámbito no son fáciles y exige una implicación amplia del conjunto de la sociedad. Pero, la cuestión que debemos plantearnos en nuestro país es si alguien o algunos de esos colectivos que conforman nuestra comunidad defienden posturas alternativas al actual discurso dominante. Al menos, tenemos la posibilidad de aprender algo de lo que acontece en países de nuestro entorno.

38 organizaciones de Francia de reconocido prestigio, incluyendo a asociaciones juveniles de ámbito nacional publicaron el pasado 28 de noviembre de 2011 un documento para promover una revisión sustancial de la política educativa y la integración de los jóvenes.

Los autores de esta plataforma son entidades coordinadoras, asociaciones, federaciones y mutualidades, movimientos juveniles, organizaciones de jóvenes y la educación comunitaria, entidades de inserción, de vivienda o de salud, y las misiones locales. Todas ellas asisten, acompañan y trabajan con millones de jóvenes cada año. En conjunto, constituyen el observatorio más exhaustivo y experimentado de los jóvenes franceses en 2011.

Titulado «¡Por un Big Bang de las Políticas de Juventud!” el objetivo del documento es estimular el debate con las diferentes partes implicadas: asociaciones, federaciones, mutualidades, movimientos juveniles, organizaciones de la juventud y la educación pública, estructuras de integración , la vivienda o la salud …».

Se basa en cinco reivindicaciones:

  • establecer un derecho a la educación y la formación permanente,
  • organizar un Servicio Público de información, orientación y asesoramiento a los jóvenes
  • asegurar los recursos financieros para los jóvenes,
  • facilitar el acceso de los jóvenes al trabajo en condiciones dignas,
  • fomentar una mayor participación de los jóvenes en la vida comunitaria.

Con el fin de animar también en España el debate en torno a estos asuntos que afectan radicalmente a lo que se concibe como “Políticas de Juventud”, os presento a continuación el documento de esta plataforma francesa y el enlace a su portal web, con mi traducción apresurada (y os agradeceré que me comuniquéis cualquier error observado en la versión española del texto para corregirlo oportunamente):

bigbangjeunesse

#888888;">Por un Big Bang de las Políticas de Juventud

#888888;">Abramos las posibilidades. Creemos las condiciones de la emancipación.

Desde hace meses, las encuestas de opinión, sondeos, declaraciones, informes, libros y propuestas sobre la juventud se multiplican. Este tema parece ser una de las prioridades de los partidos políticos y candidatos en la perspectiva de las futuras elecciones. Sin embargo, las propuestas conocidas al día de hoy se mantienen en la prolongación de las intervenciones realizadas durante casi 35 años, que han demostrado su incapacidad para responder a los retos de la juventud. El desafío es por lo tanto, de importancia para la sociedad francesa y justifica un profundo debate que va más allá del simple enfrentamiento electoral, programa contra programa. Es en este debate en el que desean contribuir las organizaciones juveniles, movimientos de educación popular, las asociaciones de inserción y acción social, las misiones locales, etc., reunidos en el seno de la plataforma #888888;">«Por un Big Bang de las políticas de juventud». La diversidad de nuestras misiones y nuestras acciones, la multiplicidad de campos que cubrimos, el número de jóvenes que reunimos y acompañamos, nos colocan en una posición privilegiada para tomar la medida de los problemas y proponer una nueva vía.

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Ideas del Procomún y Gobierno Abierto

Ideas del PROCOMUN y Gobierno Abierto (versión ampliada *)

En estos tiempos de injusta incertidumbre y de desenfrenada privatización de casi todo, incluso de algunos sueños, emerge con fuerza y con proyección de futuro la idea del procomún junto a la, cada vez más necesaria, vertebración en nuestra sociedad del gobierno abierto, un escenario fundamental en la participación activa de los ciudadanos por el bienestar común.

Por “procomún” (provecho común, traducción al castellano del commons anglosajón) o bien comunal se entiende aquellos bienes, recursos, procesos o cosas cuyo beneficio, posesión o derechos de explotación pertenecen a un grupo o a una comunidad de personas. Estos bienes corresponden a tres categorías generales: regalos de la naturaleza, creaciones materiales y creaciones intangibles. Procomún, en palabras de Antonio Lafuente es la forma de expresar una idea muy antigua: que algunos bienes pertenecen a todos, y que constituyen una constelación de recursos que debe ser activamente protegida y gestionada por el bien común. (MediaLabPrado) El concepto esta ligado a la figura jurídica de dominio público. Los bienes comunes son un interés compartido o valor. Es el patrimonio o legado, y se refiere a cualquier elemento que contribuye al sostén material y social de un pueblo con identidad compartida: la tierra, los edificios, el almacenamiento básico de semillas y el conocimiento de la práctica o los rituales.Sin bienes comunes, no hay comunidad. (S. Gudeman, citado por S. Helfrich [1]). Aunque otros autores destacan el hecho de que un common, por sí solo, no es un bien. Al abordarlo como una ‘cosa’ se corre el riesgo de perder de vista que se trata de una relación social y que no existe un common sin un sujeto social específico. (G. Esteva) [2]

Cantos rodados

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Una Generación Mutante: Pulgarcita

«Soyons indulgents avec eux, ce sont des mutants»

Michel Serres

Uno de los síntomas actuales que observamos al intentar comprender los vertiginosos cambios sociales y tecnológicos de nuestra sociedad es la imperiosa necesidad de aplicar una serie de denominaciones que nos permitan describir y comprender qué es lo que acontece con los colectivos humanos. Entre ellos, emerge con notable promiscuidad los apelativos utilizados para nombrar las sucesivas generaciones de jóvenes que se han desarrollado a lo largo de la historia. Toda una suerte de calificativos, con diferente acierto conceptual, que en ocasiones pueden suscitar una expresión de prejuicio o de culpabilidad por quienes lo aplican; por ejemplo, uno de los simpáticos y, a la vez, esclarecedores términos que recuerdo de los utilizados por algunos sociólogos y pediatras en los años 90  era el de “niño microondas” para identificar el aumento de casos en los que muchos preadolescentes comían solos en su casa con la comida preparada o precocinada y que se calentaban en un microondas.

Al abordar el colectivo de “juventud” las denominaciones al uso para cada generación están supuestamente asumidas por la comunidad de investigadores sociales. No obstante, hay autores como C. Feixa[1], que desde la óptica antropológica intentan afinar aún con más detalle sus definiciones, “bautizando a cada una de las diez décadas del siglo XX con las iniciales de determinados conceptos que se pueden considerar metafóricos (de la generación “A” a la generación “R”)”. O bien adaptando los términos a las cambiantes situaciones de los estilos y las conductas juveniles, como es el caso de “Generación Replicante[2], o “Generación Einstein[3] .

Y en este ámbito de los analistas del “hecho juvenil” nos encontramos con aportaciones singulares como la efectuada por Michel Serres, filósofo francés, quien anuncia que una nueva generación ha nacido, a la que llama: “Petite Poucette” (Pulgarcita) por “su especial capacidad de enviar mensajes y SMS con sus pulgares. Se refiere al colegial, la generación estudiante de hoy, que vive un tsunami en tanto el mundo cambia en torno ellos[4]. Lo que constituye, para este pensador, un período histórico de inmenso cambio, comparable al final del Imperio romano o el Renacimiento.

Esta idea la desarrolló en una conferencia en la Academia Francesa el pasado mes de marzo[5], y en su argumentación expresa de manera radical que estos nuevos jóvenes, respecto a sus padres, No tienen pues ni el mismo cuerpo ni la misma conducta; ningún adulto ha sabido ni podido inspirarles una moral adaptada. Su horizonte temporal y perspectiva histórica son tremendamente distantes. Una generación que no ha vivido ninguna guerra, ni sus consecuencias, que nunca ha pasado hambre, y ante la que se pregunta: ¿Qué historia comprenderán ellos,…. sin haber experimentado en el sufrimiento, la «urgencia vital de una moral»?

IMGP4867
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Cazando indicios pánicos

Al intentar comprender acontecimientos sociales complejos, por la variedad dispar de reacciones, de resistencias y de incertidumbres que a veces nos sugiere, como los ocurridos recientemente en Madrid con el bloqueo del acceso pacífico a la Puerta del Sol de los denominados “indignados” y las consecutivas respuestas de los indignados y las cargas policiales en la capital y en otras ciudades españolas por concentraciones solidarias con el bloqueo a los indignados o ante reacciones de los cuerpos de seguridad ante concentraciones de apoyo a inmigrantes , y en ciernes de convertir el #15M en estado de riesgo, no he podido evitar traer a la memoria algunas de las situaciones que viví en un periodo anterior muy distinto al actual y evocar algunas lecturas de entonces.

Al principio de los años 80, en pleno proceso de la transición política española, y en mi último año de estudios universitarios, me encontré con una frase imprescindible:

El hombre es un cazador de indicios.

Siempre consideré que nuestro genotipo conservaba aspectos vinculados con los ancestros más primitivos, y que la caza (de animales, de objetos, de personas) no era más que otra manifestación de la herencia brutal de la naturaleza humana que aún persiste. Pero la fuerza de esta afirmación reside en considerar a los humanos como sujetos que sobreviven al comprender entre nuestras diversas presas potenciales los indicios, éstos son las pistas, las pautas para interpretar la vida, la realidad, ya que es imposible imaginar una existencia sin interpretación, tal y como nos enuncia la escritora Cristina Peri Rossi en su obra “Indicios pánicos”. En esta obra, combinación de cuentos, relatos breves y versos, la autora nos expresaba un conjunto complejo de sensaciones y emociones que le provocaron los acontecimientos en los prolegómenos de la dictadura en Uruguay (la edición original es de 1970), en cuyas letras se delatan tanto vivencias de desesperación como necesarios elementos de transformación de los humanos. Si, ya sé que recurrir a declaraciones y pensamientos producidos en momentos pretéritos de la historia y en contextos políticos tan distintos podría resultar demagógico. Sin embargo, la amalgama de hechos imperdonables que presenciamos en estos días me impulsa a otorgar mi mayor respeto por las palabras de C. Peri Rossi y reflexionar junto con ellas.

Creo que todos compartimos la noción de que, frente a las evidencias, Los indicios nos avisan y nos llaman. Nos exigen una actitud de alerta. No se trata de convertirnos en paranoicos; aunque la gravedad del contexto social y económico y el lenguaje del miedo que nos invade diariamente provoca, de por sí, acciones lógicas de rebeldía y también bastantes conductas de estupor, de inseguridad y de huída ante las dudas sobre la opción a elegir.

Nuestros sueños no caben en vuestras urnas - <a rel=#15M" />

El hecho es que los sucesos injustificables en el desalojo del punto informativo de los indignados en la Puerta del Sol y la posterior carga policial contra quienes intentaban acceder allí no sólo provocan mayor repulsa y una exigencia de responsabilidades , sino que nos sugieren una brecha fundamental en el marco de cohabitación y diálogo entre los colectivos y los poderes públicos y la deseable participación ciudadana. Quisiera entender estos hechos como aislados en la zozobra del gobierno para intervenir ante las iniciativas del movimiento #15M, pero sería interesante repensar algunas posibles ideas subyacentes en estas acciones como la que nos recuerda la autora, por ejemplo:

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