Última actualización el 2018/02/01
«El milagro humano es éste: cuanto más compartimos, más tenemos»
Leonard Nimoy
Compartir información es una actividad, hoy en día, facilitada enormemente por las tecnologías de la era de la información, dada la rapidez, la inmediatez, y la potencial visibilidad y difusión de su contenido de una forma eficaz y eficiente. Un hecho que convierte a la información en línea en un producto más accesible para los usuarios que se comparte con más frecuencia y en grandes cantidades. Compartir información es una parte integral de la naturaleza humana que permite el aprendizaje, el mantenimiento de nuestras relaciones sociales, la innovación, la transmisión de cultura y el desarrollo en nuestras sociedades modernas. Podemos criticar en algún momento el hecho de que hay muchas personas que comparten excesivamente aspectos íntimos o muy particulares de su propia vida que debieran tratarse con más cautela. Pero nadie va a negar la importancia que tiene para cada uno de nosotros compartir con los demás, a pesar de las situaciones contradictorias que en ocasiones nos impactan y nos asombra a nosotros mismos con esa conducta.
Una reciente investigación demuestra la relación existente entre la valoración de la viralidad informacional y la actividad neural de nuestro cerebro al responder de un modo diferente a las noticias que se comparten frente a las que no son compartidas. Scholz y sus colaboradores de la Universidad de Pennsylvania (Scholz et al., 2017) presentan un marco neurocognitivo unificador de los mecanismos subyacentes al acto de compartir información a escala viral (virality), probando sus hipótesis mediante neuroimagen funcional con la técnica de resonancia magnética, al escanear el cerebro de las personas participantes mientras miraban 80 titulares y resúmenes del diario The New York Times en su estudio.
Los investigadores observaron la actividad neuronal en ciertas regiones del cerebro y también preguntaron a los participantes si compartirían cada historia. Los artículos que desataron una mayor actividad en áreas del cerebro asociadas con el valor y la recompensa fueron compartidos con mayor frecuencia. El cerebro de la gente parecía estar midiendo los titulares y los resúmenes de cada artículo para determinar cómo, al compartirlos, se podría provocar resultados personales y sociales positivos para ellos mismos.
Los resultados de su estudio sugieren que nuestros cerebros consideran rápidamente las complejidades personales y sociales del acto de compartir información, y podemos recurrir a estas señales para decidir finalmente qué compartimos, esto proporciona una nueva visión de por qué la gente se siente obligada a compartir ciertos tipos de contenido en línea. Y argumentan que las expectativas con respecto a las consecuencias sociales y los efectos relacionados con uno mismo al compartir (por ejemplo, en forma de un potencial para la auto-mejora personal, de reconocimiento o para la aprobación social, o para relacionarse positivamente con los demás) se integran en una señal de valor de dominio general que codifica el coste de compartir una información y que ellos denominan «viralidad basada en el valor» (value-based virality). Es decir, el cerebro combina dos tipos de costes: la expectativa de resultados relacionados con sí mismo y el impacto social hacia los otros del acto de compartir, para calcular el coste final de compartir ampliamente una información.
Esta señal de valor puede convertirse en una potencial viralidad a nivel de la población. Además, independientemente de los objetivos específicos que un individuo pretenda al compartir una información, el cerebro es capaz de evaluar rápidamente el coste general de compartir un contenido en particular. Pudiendo aparecer, también, situaciones contradictorias, por ejemplo, algunos sujetos podrían informar que no quieren compartir un artículo mientras que su actividad cerebral sugiere lo contrario, algo que puede suceder cuando no se quiere admitir el interés en compartir algo frente a un cálculo que está sucediendo inconscientemente en el cerebro.
Para estos investigadores la viralidad basada en valores sugiere que las expectativas de resultados sociales al compartir constituyen otro antecedente primario de las decisiones compartidas. Compartir es un proceso inherentemente social, y las consideraciones sociales pueden impactar fuertemente respecto a cómo se recibe y se actúa sobre el contenido. En particular, quienes comparten deben considerar los estados mentales de los otros (sus conocimientos, opiniones e intereses) para predecir las posibles reacciones de su audiencia y compartir con éxito. Este tipo de cognición social se denomina «mentalización» e implica pensamientos o pronósticos sobre los estados mentales de los demás, por ejemplo, para predecir lo que los demás piensan y sienten acerca de la información compartida y respecto de quien la comparte.
La viralidad basada en valores sugiere que la actividad neural en el sistema de cognición social del cerebro constituye el mayor denominador común de una gama de procesos de pensamiento socialmente relevantes en quienes comparten, incluyendo pensamientos sobre el significado de la información para los receptores y el potencial de interacciones sociales positivas con otros.
Además, se ha comprobado que el intercambio de información con otros es gratificante. La viralidad basada en el valor predice que, mediante este mecanismo, los pensamientos acerca de posibles resultados sociales positivos de compartir aumentan el valor percibido de compartir la información. Esto se refleja en las asociaciones positivas entre la actividad neuronal en la cognición social y los sistemas de valores.
En suma, ya sabíamos de la trascendencia que posee la conducta de compartir con los demás mediante el conocimiento disponible sobre la conducta social de los humanos, ahora parece que se sustenta en nuestra mayor esencia humana, tal y como se refleja en la actividad neural de nuestro cerebro.
REFERENCIA:
Scholz, C.; Baek, E.C.; O’Donnell, M.O.; Kim, H.S.; Cappella, J.N. y Falk, E.F. (2017):
A neural model of valuation and information virality. value-based virality.
Proceedings of the National Academy of Sciences.
March 14, 2017 vol. 114 no. 11, p. 2881-2886