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Etiqueta: exposición

El instante de fotografiar los cielos

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Una imagen no vale mil palabras. Puede suscitar múltiples ideas, rememorar otras imágenes de nuestra memoria, representar fehacientemente un hecho indudable, ineludible, claro y evidente a los ojos de cualquiera; pero no sustituye a las potenciales mil palabras que nos permitan describir o, más exactamente, interpretar lo que observamos en ella.

Una frase, un verso de un poema no vale mil imágenes. Aunque podamos visualizar una multiplicidad enorme de imágenes en nuestra mente; figuras suscitadas por el sentido o los significados potenciales que sus conceptos y sus palabras, escritas en un orden, un espacio y una cadencia singular, puedan provocar en la persona que las lee.

Nuestra visión del mundo y nuestra concepción de la naturaleza (cada vez más amenazada por el cambio climático, más distorsionada por la densa vida urbana y por la intensa vida tecnológica que nos acelera nuestras miradas y no facilita los pensamientos sosegados), se caracteriza porque reconocemos con cierta normalidad las formas, las dimensiones y los colores de los territorios naturales que nos rodean, ya sean nuestros campos, nuestros bosques, nuestros prados y los cursos de nuestros ríos. Su transformación a lo largo de la historia, de nuestro desarrollo vital como seres humanos, se produce a un ritmo lento que nos permite identificarlos como reconocibles en nuestro devenir, cada vez que los miramos. Aunque por los lamentables efectos del cambio climático vayan a convertirse en un panorama penoso en breves años.

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TÍTULOS para TRAZAS SOBRE EL MURO

A continuación se muestran los títulos que los visitantes de la exposición TRAZAS SOBRE EL MURO han propuesto para las instantáneas que forman parte este proyecto fotográfico.

En este proyecto la interacción y el diálogo de los visitantes con las fotografías constituyen un elemento esencial de su objetivo; y comprende su significado con las diversas aportaciones de quienes observan y conciben las posibles narraciones de cada escena desde su propia y particular mirada.

En el espacio expositivo se invita a los visitantes a que propongan el nombre de las fotos que deseen. Y envíen el título y el número de las fotos a este correo electrónico:

gnc(arroba)gabrielnavarro.es

Los títulos propuestos se publican con las siglas del nombre de cada persona que aporta un título (o bien anónimamente, si lo prefiere).

Amo la Fotografía y, especialmente, la fotografía de calle o fotografía cándida. A menudo hago fotos en lugares públicos en los que aparece gente. En la mayoría de las ocasiones no pido permiso para fotografiar porque eso probablemente cambiaría el sentido de las imágenes que trato de conseguir. Éstas siempre obedecen a una intención cultural, estética, artística y/o documental y en ningún caso tienen por objetivo mostrar a nadie en una situación que lo pueda dejar en mal lugar, atentar contra su dignidad ni obtener un beneficio económico.

Todo lo anterior no quiere decir en absoluto que no me importe la gente que aparece en mis imágenes, así que si te reconoces o reconoces a alguien de tu familia en alguna de mis fotografías y eso te molesta o consideras que no es oportuno, sólo tienes que hacérmelo saber y la retiraré inmediatamente. De la misma manera si quieres una copia de tu imagen en papel o en un formato que te permita imprimirla por ti mismo cuenta con ella, por supuesto.

01_TRAZAS SOBRE EL MURO

01_TRAZAS SOBRE EL MURO

  • Maldito selfi (M.T.)
  • Saludando al viento (M.N.)
  • Con brisa salina (C.M.M.)
  • No hay señal en la tele (Anónimo)
  • Haciendo zapping (V.M.G.)
  • Apagando el sol (B.O.G.)
  • Capturando recuerdos (T.C.H.)
  • natural y digital (P.D.M.N.)
  • Marinera (J.B.M.)
  • encendido (D.A.)
  • hazme una foto q voy muy guapa (C.P.S.)
  • ¿Cobertura? (F.G.)

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TRAZAS SOBRE EL MURO

TRAZAS SOBRE EL MURO

Caminar sobre un rompeolas frente al mar es como transitar el borde de un abismo ilusorio.

Nos deslizamos sobre el muro con magia natural entre las aguas a cada lado.

Obligados a acoplar nuestros pasos, nuestra rapidez y equilibrio a la anchura del muro que pisamos y al viento que ceñimos.

Nos confiamos serenamente a su paseo, seguros de nuestra habilidad para no caer al agua.

Nuestros pies aceptan el desorden de las rugosidades en la piedra alterado por los impactos del mar.

Sintiendo el aire marino en la cara y en la piel, lo inspiramos como si no lo volviéramos a albergar nunca más.

El horizonte a lo lejos lo trasladamos a nuestro gozo interno en esa alfombra de piedra que nos lo permite casi todo.

Insertados entre el mar, se evade el pudor ante nuestros infinitos gestos y toda suerte de posturas.

Sumergimos las penas cuando nos reclinamos en él, y embelesamos las alegrías al saltar y danzar en su escenario.

Dialogamos con nuestro cuerpo frente al mar y con la roca inmensa del muro que pisamos.

Encubrimos de forma inocente su encaje con la tierra, y lo convertimos en territorio a nuestro antojo para sentirse vivos.

El solaz de sus paseantes, la jocosidad de algunos rasgos, el drama de ciertos semblantes, el goce de sus miradas y el porte de sus cuerpos transitando hacia un desenlace incierto, lo transfiguran en ese abismo de deseos y esperanzas.

Creamos sin pretenderlo insondables trazas sobre el muro.

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Youngsters at Royal Mile (Jóvenes en la Royal Mile)

Entre las diferentes opciones de vida a las que aspiran los jóvenes de cualquier parte del mundo, además de una lucha constante por intentar sobrevivir en una sociedad marcada por la incertidumbre asfixiante de un futuro difuso, una de ellas se materializa en el deseo de mostrar los límites de su propio talento artístico. Aunque tal reto resida, a veces, exclusivamente en la necesidad humana de demostrárselo a sí mismos, aparte de mostrarlo en ese entorno productivo habitado por miradas diseminadas entre espectadores, transeúntes, vagabundos y turistas.

Si buscásemos una ciudad en la que sumergirnos en una multiplicidad casi infinita de espectáculos artísticos de música, teatro, circo, danza, comedia, monólogos, magia, etc… , esa es Edimburgo. La capital escocesa se transforma durante el mes de agosto en un escaparate inmenso y abrumador de artes diversas. Por un lado el Edinburgh International Festival (EIF) nacido en 1947 con una programación selectiva y prestigiosa. Y el Edinburgh Festival Fringe (EFF) que surgió como alternativa al EIF bajo el argumento de que se debía facilitar y promover un sentido amplio de la cultura y de sus distintas manifestaciones, con el fin de superar enfoques elitistas y restrictivos con el potencial creativo de muchos artistas emergentes.

Lo más llamativo del FRINGE es que, potencialmente, cualquiera que posea un proyecto artístico escénico de cierta calidad y cierto nivel de talento puede participar. Muchas de las actuaciones que se presentan en su programación tienen la posibilidad de ser contratadas posteriormente en otros escenarios de renombre, ya sea en Gran Bretaña, ya en otras partes del mundo. Y su exhibición constituye uno de los trampolines más importantes para cualquier joven o cualquier colectivo de artistas. Sus más de 3.000 espectáculos y su impresionante y creciente cantidad de escenarios posibles el FRINGE puede considerarse como el evento cultural de amplio espectro temático y alternativo de mayor impacto en el mundo.

Youngs at Royal Mile
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Contemplando la obra “Retorno” de Enrique Gabriel Navarro

“El destino es un mar sin orillas.”
A. C. Swinburne

¿Cómo explicar la alegría que provoca contemplar por primera vez una obra de arte realizada por tu propio padre hace más de cuarenta años? El primer contacto que tuvimos con el óleo sobre lienzo titulado “RETORNO” de Enrique Gabriel Navarro fue gracias a una fotografía de su registro en el Patrimonio de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, con el número de inventario CARM 373, que aparece en el libro “Colección de Arte Moderno y Contemporáneo de la Comunidad Autónoma de Murcia” (1), y que incorporamos en el libro-catálogo de la Exposición “Enrique Gabriel Navarro – Antología”. Una obra de 1974 que nos llamó entonces poderosamente la atención por su mezcla de dramatismo y ternura, así como por su expresión ineludible del esfuerzo, la fatiga, la melancolía y otras impresiones que (nos) suscita concebir al ser humano como alguien sujetado a un constante retorno a sus vivencias, a sus dudas, a su desesperación, a su lucha y a sus orígenes.

Una muy grata oportunidad nos ofrece el MURAM con la fantástica exposición “ARTE ESPAÑOL EN LAS COLECCIONES DE LA CARM. 1950-1990. De la posguerra a las artes de la transición” , comisariada y coordinada por Juan García Sandoval y Elisa Franco Céspedes quienes, con la trascendental misión de dar visibilidad a nuestro patrimonio artístico que forma parte de las colecciones de la CARM, han seleccionado una espectacular muestra de la obra de artistas reconocidos de nuestra región, junto a la de otros famosos creadores a nivel nacional e internacional. Probablemente constituya uno de los eventos culturales de mayor belleza y de más valor artístico de los que vayamos a conocer durante el año 2017 en Cartagena y nuestra región.

Obras de Jose María Párraga, Enrique Gabriel Navarro y Antonio Ballester - MURAM
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