La mayoría de adultos mostramos grandes expectativas sobre el protagonismo de los más jóvenes con la idea de que ellos serán capaces de adaptarse a ese mundo en “permanente transformación”, y con cierta sensación de que no tenemos la capacidad suficiente para encarar esos retos.(1) Aspecto que se observa en lo que denominamos “inversión del saber en la familia», al comprobar la notable dependencia de los mayores respecto al conocimiento y habilidad de los más jóvenes para dominar eficazmente los instrumentos tecnológicos que poseemos en casa.
Hablamos de “nativos digitales”, conforme al término sugerido por Prensky, una generación criada en el mundo digital que se caracteriza por una relación natural intuitiva con las nuevas tecnologías, frente al de “inmigrantes digitales” constituido principalmente por los mayores de 30 años educados en contextos más analógicos (o en periodos de transición hacia lo digital), lo cual no significa que estos no sepan utilizar sobradamente las tecnologías de la información. Los jóvenes las utilizan con espontaneidad y de forma lúdica porque han sido socializados en contextos tecnologizados a través de procesos de auto-aprendizaje y conocimientos informales, en tal grado que han desarrollado capacidades nuevas: mayor inteligencia visual, gusto por la hipertextualidad o el acceso no lineal a la información, inmediatez, más capacidad de resolución de problemas sin necesidad de consultar el manual de uso de un dispositivo, de equipos informáticos, de videoconsolas, teléfonos móviles, los videojuegos, Internet, el email o la mensajería instantánea, y han desarrollado la capacidad de socializarse en red. Se han convertido en un elemento estructural más de su vida cotidiana, hasta el punto de mostrar dificultad en explicar el significado que tiene para ellos. Consecuencia de una normalización enmarcada en sus procesos de socialización tecnológica.(2)
Es una “generación mutante” cuya característica principal es sin duda su tecnofilia. Por primera vez en la historia la generación de chicos nacidos entre mediados de los noventa y principios del año 2000 se están introduciendo a/en los medios (la cultura, el mundo, la subjetividad) a través del intermediario digital y no a través del papel o de la imprenta.(3) Enfocan su trabajo, el aprendizaje y los juegos de nuevas formas: absorben rápidamente la información multimedia de imágenes y videos, igual o mejor que si fuera texto; consumen datos simultáneamente de múltiples fuentes; esperan respuestas instantáneas; permanecen comunicados permanentemente y crean también sus propios contenidos. Y dentro de 20 años, este grupo podría constituir el 70% de la población mundial.(4)
Samuel López, Francisco José Martinez, Gabriel Navarro, Adrián Robles, Ramón Gonzálvez, Irene Gallego, Fuensanta Olmos.
(Fotografía: Daniel Robles)
Con el fin de conocer los contenidos que ofrecen en el entorno web los jóvenes pudimos contemplar con especial interés una muestra variada en las Jornadas Jóvenes y Web Social 2012, organizadas en octubre por la Concejalía de Deportes, Juventud y Turismo del Ayuntamiento de Murcia. Entre las propuestas destacó la participación de Adrián un chico de diez años que nos habló de su blog personal: www.blogdeadrianydaniel.blogspot.com, un blog que él inicia al conocer que su maestro tenía uno propio y le entusiasmó la idea hasta el punto de que hizo todo lo posible porque su padre, Daniel Robles, le orientase lo suficiente para realizarlo por sí mismo. Y en el que nos ofrece unas concretas «Razones por las que dejar a tu hijo tener un blog». Con la naturalidad y sencillez propia de un niño de su edad nos mantuvo absortos a todos los asistentes conforme relataba los pasos que había dado y el por qué de su blog. Y cómo entre sus compañeros de clase provocaba también cierta extrañeza y admiración por su creación.