“El shock que produce lo absolutamente desconocido es de una suave voluptuosidad. Si lo que quieres es integrarte en un nuevo mundo, hay mucho que debes dejar en casa.”
Cees Nooteboom
Viajar siempre ha supuesto uno de los deseos más extendidos entre toda la población y, muy especialmente, entre los jóvenes. Conocer otros lugares, otras gentes y otras culturas no sirve exclusivamente para salir del tedio cotidiano que nos pueda rodear, ni tampoco se circunscribe solo a la típica alternativa ociosa que nos divierta y nos relaje. Junto a todo lo anterior, la aventura de viajar constituye para los jóvenes un reto vital que atraviesa la construcción de su propia identidad.
Muchas empresas intentan ofrecer productos asequibles de ocio y de turismo a la generación que ha crecido entre Internet y las tecnologías de la comunicación, un sector de población que habitualmente comparte sus opiniones en las redes sociales, y que está más acostumbrada a buscar y comparar información a través de su smartphone. Y están convencidas de que la combinación de una oferta barata, más un destino sugerente canalizado vía web, resuelven su foco de mercado. Aún conociendo las limitaciones del nivel adquisitivo generalizado entre los jóvenes, se centran sobre todo en aquéllos que logran un margen mayor en sus ingresos.
En este mercado, surgen iniciativas muy interesantes y de éxito seguro como WAYNA que atienden, principalmente, el límite económico que la mayoría de jóvenes sufre, unido a una estrategia razonada que aborda más el deseo de viajar y el atractivo de la incertidumbre de última hora, lo desconocido por decidir visitar, -aspectos de singular interés entre los jóvenes-, más que la importancia del destino en sí mismo como determinante esencial para elegir si viajamos o no. Hemos contactado con Pau Sendra quién ha emprendido esta aventura junto con un equipo joven y dinámico.
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