La publicidad nos rodea en múltiples contextos y la sobreinformación que soportamos en esta época de tecnologías de la comunicación, se ve desbordada por una abrumadora cantidad de mensajes y propuestas publicitarios cuyo efecto potencial no siempre es saludable. La lucha por las marcas y productos por destacar en el maremágnum publicitario les lleva a traspasar ciertos límites supuestamente insondables, pero cuyas consecuencias son lamentables. Sabemos que, en la mayoría de casos, los efectos perjudiciales que produce la publicidad, especialmente entre los más jóvenes, son preocupantes dada su vulnerabilidad y susceptibilidad ante los modelos consumistas y roles estereotipados que se les presenta. Estos efectos se agravan cuando, partiendo del interés de llegar a un sector de la población juvenil que responda a un estilo de conducta de “rasgos más positivos”, se logra desvirtuar la imagen pública de una generación ante el conjunto de la sociedad, o bien se intenta mostrar un aspecto cultural o actitudinal que choca con lo que manifiesta o sufre la mayoría de quienes forman parte de esa generación objeto de tales mensajes.
La reciente campaña: “Generación Encontrada” lanzada por el Banco de Santander para difundir sus “Becas Santander Universidades de Prácticas Profesionales en PYMES”, incluyendo un sitio web y un vídeo publicitario, ha ocupado las portadas de la mayoría de prensa escrita en nuestro país y se inserta notablemente en las ediciones digitales de muchos medios, provocando una airada respuesta por el público joven, entre críticas desde otros sectores. Las respuestas y mensajes surgidos en Twitter a raíz del hashtag: #GeneracionEncontrada han sido numerosos, en menor medida a favor y con sentido positivo y animado hacia lo que sugiere esta campaña publicitaria, pero predomina una mayoría de mensajes en contra no exentos de crítica, ironía y mordacidad, como puede consultarse aquí: www.tagthebird.com/es/trend/%23GeneracionEncontrada
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