Hace unos días un educador experto en inserción social de jóvenes (Alberto Croce) nos manifestaba (en La Nau de la Universidad de Valencia) que, ante este escenario de crisis, lo que hace que la gente reaccione no es dejar que afecte cada día más el malestar, esa «culpa global» que no es la causa verdadera de esta situación. Cuando el gran problema es el sistema financiero internacional que intenta extraer el máximo beneficio. Esta sensación de culpa es consecuencia del mandato institucional de que cada uno de nosotros debemos ser «exitosos” individualmente. Cualquier solución respetuosa con los jóvenes nos exige utilizar los conceptos apropiados para describir la realidad y afrontarla. Esto no es una crisis, lo que sucede en España es un saqueo. Lo que más pone en evidencia el saqueo en España es el enorme paro juvenil del 57%. Hay que animar a los jóvenes a debatir colectivamente las causas de lo que ha provocado la crisis, y trabajar con ellos las lógicas para superar la idea de que no hay salida o que la única posible es individual o de huida del país.
Aunque muchos de los esfuerzos radicarán en el empeño que cada joven ponga en su propia capacitación y en su adaptación a las necesidades del mercado, y en la búsqueda de alternativas junto a otros.
La Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, presentada por el Gobierno, muestra un diagnóstico de las causas de este enorme desempleo de la juventud: Alta tasa de abandono escolar; unos jóvenes abandonan sus estudios con escasa cualificación y otros, altamente cualificados, están subempleados; escaso peso relativo de la Formación Profesional; escasa empleabilidad de los jóvenes; un 82,3% de jóvenes con trabajos temporales involuntariamente; difícil acceso al mercado laboral de los grupos en riesgo de exclusión social; necesidad de mejorar los niveles de autoempleo.
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