Escuchando a Ross
por: Gabriel Navarro

Cada día dispongo de una hora y media de trayecto ida y vuelta de mi casa a mi trabajo. Y aprovecho para disfrutar de la música en sus diferentes géneros. Y compruebo como voy eligiendo, supuestamente al azar, determinados temas o intérpretes, o algunas cadenas de radio en concreto, en función de mi estado de ánimo de cada momento. Entre esos diversos mundos sonoros, la música Pop no es de los géneros que más prefiera, aunque mi cultura musical actual se deba inevitablemente a todas esas magníficas canciones y melodías que desde joven tuve la oportunidad de disfrutar de entre tantos y geniales grupos de la Pop Music, empezando por los Beatles o muchos otros grupos del pop español de los 70 y los 80. Siempre tengo espacios vitales en los que un buen tema Pop tiene que hacerse presente.

Hace unos años un buen amigo tuvo la amabilidad de regalarme un excelente doble CD recopilatorio de la música de ROSS titulado “Enemies & Friends. A Collection for Ross (1992-2002)”, editado en 2008 por el sello Perdición de Joaquín Talismán. Una música que se ha hecho imprescindible en los CDs que llevo permanentemente en el auto. Un recopilatorio en el que se recogen 44 temas realizados por Juan Antonio Ross en los diferentes grupos musicales que concibió conjuntamente con otros grandes músicos. La primera cuestión que me produjo la escucha global de estas canciones (algunos de estos temas puedes escucharlos aquí en Last.fm), es algo ya bastante recurrente en torno a otros grupos de la escena murciana: ¿Cómo es posible que este compositor y multiinstrumentista y los grupos que ha impulsado, no se hayan aupado a las cotas más altas del pop español? Si, en vez de en Murcia, este músico y los componentes de sus sucesivas bandas, hubieran nacido en alguna ciudad inglesa o norteamericana de las referentes mundiales en la música pop, ¿Cuál habría sido su impacto mundial?

Pues, si me impactaron gratamente los temas de ese recopilatorio, creo que el último CD de Ross titulado “Durante el Fin del Mundo”  (Clifford Records, 2012) es de una factura soberbia. Un pop elegante, muy emotivo, seriamente diseñado por un músico que, como dicen en Magic Pop, posee la virtuosa capacidad de componer canciones que contienen en su sencillez todo un mundo de sensaciones que cautivan al atento oyente .

Ross  "Durante el fin del mundo"


No hay que tener más complejos, por favor, con lo que nos llega desde otras fronteras del amplio espectro denominado Power Pop. Con esta creación se demuestra que el uso del español encaja perfectamente entre la música british y el indie rock, sobre todo cuando las melodías y los virtuosos arreglos musicales no son solamente una decoración a unas letras simples y pegadizas de temporada, como nos han vendido desde hace tiempo muchas radiofórmulas.

A mi modesta opinión, se trata de uno de los mejores CDs de música pop editados en la última década. Y cada vez que lo escucho encuentro nuevos matices en sus composiciones. Concuerdo con la opinión de Juan Antonio Ross cuando afirma en su entrevista con Jam Albarracín lo siguiente: “Llevamos haciendo pop 60 años y parece que con siete notas y cinco semitonos todo se acabaría pronto, pero al final las combinaciones son tan infinitas como las emociones que provocan.”

Es probablemente su disco más personal en el que refleja una sucesión de imágenes y de huellas que le han dejado las relaciones con amigos y con familiares, en las que se puede percibir claramente su afecto, sus soplos de alegría y su dolor por las pérdidas y su efecto profundo. En la entrevista que le hicieron en IPunkRock nos habla que “… la idea del fin del mundo a través de “Soy Leyenda” la novela de Richard Matheson era el hilo conductor y cada homenaje o dedicatoria hecha canción está ahí a modo de despedida… Incluso yo mismo tenía la sensación de que tenía que terminar el disco antes de irme al otro mundo…”

En la entrevista que le hizo Xavier Valiño para ULTRASÓNICA, confesaba algo evidente en su creación musical:  «Los Beatles estarán siempre porque fue mi escuela cuando era niño, sin más, y todavía hoy sigo pensando que muchísimas bandas y autores de pop han hecho cosas increíbles sin sobresalir de la línea que se marcó en los 60, principalmente por los Fab Four, pero no solo por ellos.»

Pero esa escuela nunca se convirtió en un encorsetamiento para él. La psicodelia, el pop electrónico, el funk o bien otros géneros como el jazz emergen cálidamente en momentos, o bien dejan una huella para nuestra memoria sonora en los finales casi inesperados de varios temas, hasta el punto de que uno se queda con ganas de que, a partir de esas melodías y recursos instrumentales de cierre, construya otra posible nueva canción.

Quizá ello sea consecuencia de una creatividad cimentada a base de trabajo, de empeño artesano y profesional, y de una singular visión sobre la amplia cultura musical a la que se ha enfrentado. Tal y como manifiesta a Monsonoro: «Escucho de todo, tengo avidez, curiosidad por la música clásica, contemporánea, el jazz, incluso el free. El funk me entusiasma, la Tamla Motown me cautiva, el indie es mi bañera y el pop la catedral que construye todo eso a la vez.»

Algo que nos llama agradablemente la atención es que, a pesar de la minuciosa elaboración de los arreglos musicales, el uso de la electrónica y de los coros que podemos disfrutar en este CD, no desmerece en absoluto la escucha en directo de estos mismos temas en escenarios muy diversos, con menos apoyo técnico. De ahí el valor que creo yo poseen estas canciones. Tuvimos la oportunidad de escuchar en agosto de 2012 a Ross acompañado de su grupo y del gran Joaquín Talismán en el Chiringuito de Cala Reona, en plena playa, con las limitaciones sonoras que os podéis imaginar, y todavía recuerdo la magistral interpretación de algunos temas de este CD que salió a la luz editado un mes después. Recientemente, hemos podido disfrutar de su repertorio en el concierto Electroacústico que ofreció en el Área Reservada de CARROT`S CAFÉ en Cartagena, donde ninguna de las canciones se mostraban ajenas a lo grabado en estudio.

Podemos también deleitarnos con el libreto que recoge las letras de todos los temas, de entre los cuales destaco las siguientes como representativas del espíritu que despliega Juan Antonio Ross en “Durante el Fin del Mundo

COMETA
«¿Y si no hay segunda vez?
La tendremos que inventar
para podernos proteger
de esta inclemente realidad»

ESPIRAL
«Estoy cansado de esperar
no se ve el final
Está pasando y no loves
y tienes que mirar»


Ahora quiero saltar
al vacío otra vez
tal vez pueda pensar
si te dejo de ver»

MÚSICA DE JAZZ
«Inventaba cuentos antes de saber hablar
pintaba en el suelo y se hacía realidad
no encontrabas tiempo
no existió la conexión
me fui a una estrella
para encender la confusión»

LABERINTOS
«Cuando canten las sirenas
no tendremos nada que temer…”

IMAGINACIÓN
«Que triste es ver
que no es verdad
que no hay amor
si pierdes tu imaginación»

DURANTE EL FIN DEL MUNDO
«Por la palabra vino la infección
después llegó el desierto asolador
creímos ser del cosmos lo mejor
la ignorancia también es Dios»

MADURAR
«Un nuevo vocabulario
debería inventar
para describir los mismo
y no sentirme mal después
fuera menosprecios
se acabó gritar
lo diré cuando lo vea madurar»

De entre sus canciones deseo expresar aquí mi recuerdo personal y mi gratitud a Juan Antonio por lograr expresar en breves líneas el espíritu vital y el entrañable carácter de la gran persona que era Javier Balibrea, conocido por todos en Murcia como “El Bali”. Una emocionante canción que nos regala un guitarreo final con sintetizadores y teclados que es arrebatador y, sin duda, digno de El Bali quien estará comentando, en algún lugar, como encontrar nuevas variaciones a esos arreglos. Ninguno de nosotros cesará de verlo reflejado en estas sinceras frases:

BALIBREA
«La razón se fue detrás
ahora vuelas en la ingravidez
haz sonar la música
para ahuyentar la humana estupidez
eras la luz de los demás
siempre sonriendo
cada vez que hago una canción más
me sigo preguntando si será buena para tí»

No sé si vale la pena buscar causas y más argumentos, pero Juan Antonio Ross lo dice con claridad: para él, poder componer «aunque solo sirviera para eso, a mi me ha servido para vivir«

Escuchando a Ross, su música nos anima a vivir siempre con emociones sin temor a cualquier fin del mundo y nos permite, en muchos instantes, sentirnos mejores personas. Espero que disfrutéis este CD, que os lo regalen o que lo regaléis a la gente que amáis.

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