La resonancia de nuestras burbujas sociales

Realizamos una búsqueda en Google sobre un producto cualquiera, visitamos los enlaces que consideramos oportunos, o bien hemos dado un “Me gusta” a alguna noticia de ese mismo producto en el muro de alguno de nuestros contactos y, a continuación, visitamos nuestro propio perfil en Facebook. Con asombro comprobamos que en la sección de publicidad que esta plataforma nos obsequia aparecen nuevamente enlaces y publicidad de contenidos idénticos o similares a los localizados con anterioridad. La explotación de los denominados “big data” que nuestra traza deja en las navegaciones que efectuamos emerge como un hecho casi inevitable. Pero este abordaje en nuestro estilo de uso de Internet que sufrimos no es el único aspecto que influye en el “direccionamiento” que nos presentan las plataformas de redes sociales en las que participamos. El hecho más destacable de nuestra conducta tecnológica es que las redes sociales se han convertido rápidamente en un canal predominante para acceder a la información, difundir ideas e influir en las opiniones propias y ajenas.

Sin embargo, este nuevo escenario dista mucho de ser enriquecedor de nuestras posibilidades de ampliación del conocimiento adquirido. Ethan Zuckerman – Director del Center for Civic Media del MIT – resalta una de las paradojas más grandes de la era digital: “Estamos a un click de tener un amigo en las antípodas pero, al final, resulta que acabamos siguiendo a amigos que ya conocemos del trabajo, la escuela o a la vuelta de la esquina”. En este marco, denuncia la falta de globalidad de la red y nos alerta de peligros que pueden dañar hasta la calidad democrática de nuestros gobiernos.[1]

En un interesante estudio recientemente publicado por D. Nikolov y otros[2] (“Midiendo las Burbujas Sociales en línea”) se sugiere que el filtrado social y el filtrado algorítmico que provocan las redes sociales y los buscadores pueden provocar la exposición a una menor diversidad de puntos de vista, e incluso alimentar la polarización y la desinformación. En él se muestra que, en general, las personas acceden a un espectro significativamente más reducido de fuentes de información a través de las redes sociales y el correo electrónico, en comparación con las herramientas de búsqueda utilizadas individualmente.

Pompas de jabón en Malá Strana - Praga

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